08Abr
Santiago Auserón
Por: Jubal Hernández En: abril 08, 2024 En: Editorial Comentarios: 0

Los Centros de Arte, Cultura y Turismo y la Fiera del Libro han unido sus caminos para traer a la isla a una de las grandes leyendas de la música española contemporánea. Santiago Auserón, uno de los padres de la movida madrileña, intérprete de temas míticos como Enamorado de la juvenil y creador de himnos como Escuela de Calor y de poemas cantados como Annabel Lee y La estatua del Jardín botánico, regresa a Lanzarote para ofrecer un concierto íntimo, Luces de la Frontera, dentro de la programación de la II edición del evento cultural que organiza la Asociación de Libreros y Editores de Lanzarote, Isla Literaria. Será el próximo domingo, 5 de mayo, a las 19.00 horas, en el Auditorio Cueva de los Verdes.

El consejero de los Centros Turísticos, Ángel Vázquez, anima a la población a participar de “una fiesta que supone una magnífica oportunidad para disfrutar de una de las voces más genuinas del pop-rock nacional”.

Las entradas para disfrutar de Santiago Auserón y sus Luces de la Frontera se pondrán a la venta en este miércoles, 10 de abril, a las 10.00 horas.

El concierto de Santiago Auserón en el Auditorio Cueva de los Verdes cuenta con la colaboración de los Centros Turísticos y de Sonidos Líquidos.

Santiago Auserón

Santiago Auserón es uno de esos artistas que no necesita presentación. Su biografía explica que nació en Zaragoza, que lideró Radio Futura junto a su hermano Luis, y que también se le conoce en el panorama musical como Juan Perro, entre otros. Sin embargo, su figura trasciende mucho más allá.  En plena madurez personal, ha ido dando relieve a su personaje escénico mezcla de juglar ibero, bluesman y sonero. En sus conciertos en solitario, acompañado por su guitarra, va enriqueciendo un espectáculo poliédrico en el que las canciones se suceden como una película hecha de escenas de viaje.

El cantante presenta sus temas con improvisados relatos que combinan lirismo y humor, mientras su música crea un lugar acogedor en el que entabla complicidades con su público, fiel, que se ha ido convirtiendo en una especie de hermandad sin otra regla que la experiencia compartida de la poesía y de la música.